Hay varios problemas que suelen aparecer cuando tenemos una competición. Vamos a ir repasando cada uno de ellos con soluciones prácticas.
En primer lugar deberemos debemos llegar con un nivel de autoconfianza elevado. Para ello puede ser útil repasar aquellos logros que nos llevaron al éxito en otras ocasiones y que se pueden llegar a repetir en la próxima competición. Nos centraremos en aquellas conductas que dependan de nosotros y que podremos poner en práctica en competición.
Ten un plan a seguir. Fíjate un objetivo de resultado y de rendimiento y adelántate a posibles dificultades que puedan surgir en la competición. Tener un plan b ante esas dificultades te va a hacer reaccionar con más rapidez
Mantén un nivel de activación adecuado y acorde al momento de la competición. No olvides mantenerte relajado los momentos previos a la competición. Deberías saber cual es tu nivel óptimo competitivo. Utilizar técnicas de relajación es una buena opción para relajarte o realizar otras actividades que generen un resultado similar. Leer, dar un paseo relajante, escuchar música son algunos ejemplos que pueden hacer que tu nivel de activación se mantenga en un nivel óptimo.
Practica en imaginación los posibles escenarios que te puedes encontrar en la competición. Haber entrenado previamente esta herramienta y ponerla en práctica antes de la competición es de gran ayuda para mejorar esa confianza.
No olvides mantener una alimentación y un descanso adecuados las semanas previas a la competición.
No sobrecargues tu cuerpo con entrenamientos extras con el fin de tener "más percepción de control". Recuerda que "Más no es mejor. Mejor es mejor"
No olvides el por qué estás realizando todo esto. Disfruta del proceso. La competición puede ser una ayuda para saber en qué punto estás y si tienes que modificar algún elemento en tu entrenamiento para conseguir mejores resultados
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